Desde pequeña, descubrí mi pasión por organizar, ordenar y cambiar la decoración de mi habitación. Sentía cómo el flujo de energía cambiaba y me sentía mejor al hacerlo.

A los 18 años, mi interés por la metafísica y la espiritualidad me ayudó a conectarme con mi ser interior y encontrar un equilibrio. Fue entonces cuando empecé a sumergirme en la literatura popular sobre Feng Shui y a aplicar sus principios, aunque con resultados limitados.

En 2007, vi la película “El Secreto” y quedé fascinada con las enseñanzas de Marie Diamond, la maestra de Feng Shui. Después de 8 años de búsqueda, finalmente encontré los cursos de Feng Shui de Marie. Y déjame decirte que ese fue el momento que cambió mi vida. A través de sus cursos en línea, comprendí por qué, a pesar de seguir todos los pasos mencionados en “El Secreto”, no lograba manifestar todo lo que deseaba. Fue entonces cuando entendí los tres tipos de suerte mencionados por los chinos y finalmente experimenté el poder del Feng Shui.

A medida que empecé a manifestar mis deseos, quería conseguir más cosas, entre ellas, aprender directamente del maestro, Marie. En aquel entonces, mi deseo parecía casi imposible: Marie llevaba 10 años sin impartir clases en Estados Unidos y no tenía programado ningún curso en Europa. Sin embargo, a los dos meses de establecer mi objetivo en mi tablero de la visión, Marie anunció un retiro de Feng Shui avanzado en Minnesota. Con el viaje al curso en puerta, decidí que también quería llevar las enseñanzas de Marie a México.